Sal

Imaginate un pasillo angosto que da a la calle, la puerta abierta que deja entrar el sonido de los autos. Imaginate sentado en un escalón. Imaginate las paredes a tu lado y la puerta al frente. Imaginate la plena noche esperando afuera.
Humos.
Algo me tira hacía abajo, me dice que en el piso voy a encontrar mi lugar, me acuesto como si no sintiera el cuerpo y tuviera que dejarlo caer. Veo el techo y las paredes del pasillo, veo la puerta abierta, la quiero cerrar pero no puedo.
Cerrás los ojos. Imaginate otro lugar, otro mundo, la otra cara de la moneda. Imaginate cruzar a ese lugar sin saber que esperar.
Imaginate un túnel en forma circular, en los costados vés la pared del pasillo y al fondo vés el techo. Imaginate esa imágen girando sin parar. Imaginate que de a poco se vá convirtiendo en una especie de circo bizarro, música rara de fondo. Imaginate una persona al final del túnel, que se transforma en una suerte de caballo de calesita.
Empiezo a avanzar por el túnel, como flotando. Veo que voy avanzando de a poco pero no entiendo cómo. Me pongo a pensar en mi cuerpo, sé que esta ahí, pero no lo miro, no lo siento, pero estoy seguro que sigue ahí. Soy tan solo un par de ojos que avanza por un túnel desconocido. Avanzo, cada vez más cerca del techo del pasillo. Ahora mi piso es el lado de la puerta y mi frente es el techo, se me cambió el horizonte. Ahora tengo que caminar hacia arriba, hecho que creo posible. Avanzo y avanzo por ese túnel alucinando cambios de colores y de formas en las paredes.
Al final del túnel te veo acostado en el medio del vacío, todo negro de fondo y vos iluminado.
Abrís los ojos. Estás tocando la pared del pasillo, te sentís una extensión de ella, su textura te recorre pareciéndote perfecta. No quiero ser parte de la pared. Para romper con esa realidad me separo bruscamente, me levanto y salgo a la calle. Hablo con gente, creyendo que tengo coherencia, pero no, ellos no me entienden. Me siento cansado, muy pesado, y vuelvo a sentarme en el pasillo. Veo todo el lugar, veo otra realidad, no puedo parar de cuestionarla.